Tras entrevistar en más de cuarenta ocasiones a Steve Jobs en los últimos dos años, además de a un centenar de personas de su entorno, familiares, amigos, adversarios y colegas, Walter Isaacson ha escrito la biografía definitiva de uno de los iconos indiscutibles de nuestro tiempo, la crónica de la agitada vida y abrasiva personalidad del genio cuya creatividad, energía y perfeccionismo ha revolucionado seis industrias: la informática, el cine de animación, la música, la telefonía, las tabletas y la edición digital.
En un mundo que busca cómo construir las bases de una economía digital, Jobs es un símbolo de la inventiva y de la imaginación práctica. Consciente de que la mejor manera de crear valor en el siglo XXI es conectar la creatividad con la tecnología, fundó una empresa en la que impresionantes saltos de la imaginación van de la mano con asombrosos logros tecnológicos.
Aunque Jobs colaboró con el libro, no pidió ningún control sobre el contenido, ni siquiera el derecho a leerlo antes de la publicación. No rehuyó ningún tema y animó a la gente que conocía a hablar con franqueza: “He hecho muchas cosas de las que no me siento orgulloso, como dejar a mi novia embarazada a los 23 años y cómo me comporté entonces, pero no hay ningún cadáver en mi armario que no pueda salir a la luz”.
Jobs habla con sinceridad a veces brutal sobre la gente con la que ha trabajado y contra la que ha competido. De igual modo, sus amigos, rivales y colegas ofrecen una visión sin edulcorar de las pasiones, los demonios, el perfeccionismo, los deseos, el talento, los trucos y la obsesión por controlarlo todo que modelan su visión empresarial y los innovadores productos que ha logrado crear.
Jobs podía desesperar a quienes le rodeaban. Pero su personalidad y sus productos han estado siempre interrelacionados, igual que el hardware y el software de Apple forman un potente sistema integrado. Su historia, por tanto, está llena de lecciones sobre innovación, carácter, liderazgo y valores. La historia de un genio capaz de enfurecer y seducir a partes iguales.
En un mundo que busca cómo construir las bases de una economía digital, Jobs es un símbolo de la inventiva y de la imaginación práctica. Consciente de que la mejor manera de crear valor en el siglo XXI es conectar la creatividad con la tecnología, fundó una empresa en la que impresionantes saltos de la imaginación van de la mano con asombrosos logros tecnológicos.
Aunque Jobs colaboró con el libro, no pidió ningún control sobre el contenido, ni siquiera el derecho a leerlo antes de la publicación. No rehuyó ningún tema y animó a la gente que conocía a hablar con franqueza: “He hecho muchas cosas de las que no me siento orgulloso, como dejar a mi novia embarazada a los 23 años y cómo me comporté entonces, pero no hay ningún cadáver en mi armario que no pueda salir a la luz”.
Jobs habla con sinceridad a veces brutal sobre la gente con la que ha trabajado y contra la que ha competido. De igual modo, sus amigos, rivales y colegas ofrecen una visión sin edulcorar de las pasiones, los demonios, el perfeccionismo, los deseos, el talento, los trucos y la obsesión por controlarlo todo que modelan su visión empresarial y los innovadores productos que ha logrado crear.
Jobs podía desesperar a quienes le rodeaban. Pero su personalidad y sus productos han estado siempre interrelacionados, igual que el hardware y el software de Apple forman un potente sistema integrado. Su historia, por tanto, está llena de lecciones sobre innovación, carácter, liderazgo y valores. La historia de un genio capaz de enfurecer y seducir a partes iguales.
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