Presentado al más puro estilo de Hollywood, Schwarzenegger echó mano de su carisma para realizar un cinematográfico tráiler de lanzamiento del libro en el que resume su trayectoria como el paradigma del sueño americano, a medio camino entre un héroe de ficción y uno de la vida real.
"Si mi vida fuera una película, nadie la creería", dice en las imágenes el ex fisicoculturista austríaco que pasó de "Terminator a Governator", que saluda a las tropas estadounidenses y se fuma un puro contemplando el capitolio del parlamento de Sacramento.
La música solemne y su figura iluminada sobre un fondo oscuro pone fin a un vídeo efectista con el que Schwarzenegger, a sus 65 años, confirma su regreso a la primera línea mediática. Una estudiada promoción con la que el intérprete parece querer pasar página, zanjar escándalos e iniciar un nuevo capítulo.
"No importa qué hagas en la vida, la venta es parte de todo", asegura el actor que llegó a ganar 20 millones de dólares por película y que antes que otra cosa se considera a sí mismo un "hombre de negocios".
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