
"Si mi vida fuera una película, nadie la creería", dice en las imágenes el ex fisicoculturista austríaco que pasó de "Terminator a Governator", que saluda a las tropas estadounidenses y se fuma un puro contemplando el capitolio del parlamento de Sacramento.
La música solemne y su figura iluminada sobre un fondo oscuro pone fin a un vídeo efectista con el que Schwarzenegger, a sus 65 años, confirma su regreso a la primera línea mediática. Una estudiada promoción con la que el intérprete parece querer pasar página, zanjar escándalos e iniciar un nuevo capítulo.
"No importa qué hagas en la vida, la venta es parte de todo", asegura el actor que llegó a ganar 20 millones de dólares por película y que antes que otra cosa se considera a sí mismo un "hombre de negocios".
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